La tercera jornada transcurre desde Dillingen an der Donau hasta Donauwörth (siempre con el Donau a vueltas). Se pasa por Höchstadt an der Donau, una pequeña ciudad que se conoce por la batalla que en 1704 se libró en sus alrededores, en el marco de la guerra sucesoria al trono español. Hasta aquí se sintieron los efectos de este conflicto. En la batalla se enfrentaron, por un lado la coalición anglo-austriaca (al frente de las tropas inglesas estaba el Duque de Marlborough, antepasado de Winston Churchill) y, por otro los franceses, apoyados por el estado de Baviera.
Donauwörth es una ciudad medieval y amurallada donde Danubio (Donau) y Wörnitz se encuentran (¿le viene de ahí el nombre?). Forma parte del circuito denominado Ruta Romántica (Romantische Strasse), que recorre Baviera de norte a sur, pasando también por Augsburgo y finalizando en Füssen, junto a la frontera con Austria.
Como la etapa no es larga, alrededor de 35 kilómetros, después de las duchas y el descanso tendremos tiempo de pasear por la céntrica y típica Reichsstrasse del casco antiguo ("una de las calles más bellas en el sur de Alemania"), sentarnos en una terraza o hacer un paseo a orillas del Danubio.
En la ciudad hay cinco museos. Posiblemente el más curioso y el más original sea el Käthe Kruse Museo de Muñecas, que está ubicado en un antiguo monasterio del siglo XVII. Käthe Kruse era una mujer alemana madre de siete hijos, que empezó haciendo muñecas para sus hijas y a partir de su experiencia montó en 1905 un pequeño negocio familiar dedicado a la fabricación a mano de muñecas. Dirigió la empresa que fundó hasta que su yerno tomó el relevo en 1952. Heinz Adler se mantuvo fiel a la filosofía de su suegra de hacer muñecas a mano. En 1993 se creó el Club de Coleccionistas de Käthe Kruse y hoy tienen fama mundial y son solicitadas desde todos los rincones del planeta. Alguna muñeca Käthe Kruse ha llegado a alcanzar los 35.000 dólares en una subasta.
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