Antes de ponerse en marcha para iniciar nuestra aventura ciclista por el Danubio en la que vamos a estar varias horas diarias pedaleando, hay que tener muy presente que una de las partes del cuerpo que más va a sufrir es la de la entrepierna. Incluso para los ciclistas habituales o para los profesionales hay días en los que sus partes nobles están irritadas y sentarse en el sillín es una auténtica tortura. Lógicamente para los que no tenemos esa condición va a ser más fácil que el culo nos pase factura. Entonces pensaremos en todo, que si el sillín no es el adecuado, que si debíamos de haber buscado un culote mejor, que si tenemos que cambiar la posición en la que nos colocamos para pedalear, que si será mejor usar vaselina, que si la crema hidratante, .... Es verdad que todas esas variables pueden influir en que nuestras posaderas se quejen más o menos del castigo, pero es inevitable sufrir encima del sillín.
Aunque la sociedad actual tienda a llevarnos a una vida sedentaria y a pasar más tiempo sobre nuestras posaderas que sobre nuestros pies, lo cierto es que fisiológicamente nuestro cuerpo no está preparado para ello y el culo no está diseñado para estar horas y horas soportando todo el peso corporal. Obviamente el problema se agrava si en vez de una silla o un sillón, el asiento que utilizamos tiene unas dimensiones mínimas y la forma ridícula de un sillín de bicicleta.
En internet se pueden encontrar muchos foros que hablan del tema y hacen propuestas aliviadoras pero, al final, si no queremos que el culo nos amargue el viaje, por duro que suene, la única solución válida es la de crear "callo" en el culo antes de ponerse en marcha. Por eso, aunque es muy cierto que debemos elegir un culote de calidad que se adapte bien a nuestro cuerpo y que no genere arrugas (es mejor llevar dos para poder lavarlo diariamente), resulta imprescindible comenzar con antelación suficiente pero con cierta constancia (no se conquistó Zamora en una hora) por hacer rutas relativamente cortas e ir incrementando progresivamente el tiempo que estamos sobre el sillín. Hay que ser un poco sistemático pero si algún día estamos doloridos y nuestra zona noble se queja es mejor no salir. Lo único que haríamos sería pasarlo mal y empeorar. Nos tomamos un par de días de descanso y otra vez a la carga. Comprobaremos que con más tiempo y más kilómetros la cosa va mejorando rápido que es de lo que se trata para que nuestro viaje sea placentero.
La parte interior de la entrepierna suele irritarse con la presión y a veces pueden aparecer irritaciones provocadas por alguna rozadura. Para tratar estas rozaduras o la piel irritada lo primero que debemos hacer es mantener constantemente una buena higiene. Durante el viaje hay que tratar de ducharse lo antes posible después de cada jornada, quitarse el culote usado, lavarlo y ponerse prendas secas y cómodas. Si hay irritaciones o rozaduras se puede utilizar cualquier crema de las que se usan en los culos de los bebés. Entre los bicicleteros internautas parece demostrada la eficacia de una pomada llamada Halibut.